Plegaria para poetas. Poema de Carlos d'Ors.

                                                                                            (Imagen del autor)


No quieras de hoy más que, dichoso o frágil, 
el día cumpla su propósito y su designio. 
Que vaya, el vivir, siendo, 
y, al ser, inevitable, cierto en su desgarro y desengaño. 

Porque las conjunciones de los horóscopos 
no predecirán el amor cuando llegue inaplazable 
ni nos desvelarán la inmortal belleza 
ni impedirán el dolor ni el abismo. 

Porque lejos de los sentimientos y sus bellos atardeceres, 
que determinan las sílabas empleadas 
y las conjugaciones de verbos imposibles 
en alcanzar su significado propio de los poetas de hoy 
y más allá de este tiempo sacudido, incierto y convulso,
no hay otro presente que el imperativo del deseo 
y otro botín que el del fracaso. 

Porque del arrepentimiento y de la nostalgia somos presos 
como pajarillos en jaula que se inscriben en nuestro vivir 
del tiempo imperfecto y de nuestra marchita memoria. 

Que lejos de las ataduras del pensamiento, 
mis versos se pueblen, en su pacifica rebeldía, 
de meditación y silencio y que la sola presencia en este mundo 
en su prístino resplandor nos embriague. 

Y que más allá del atractivo imán de las ambiciones 
o del reclamo que los ecos de nuestros egos 
gritan a los cuatro vientos, o de la vana tentación 
del futuro exitoso que cada día nos asedia, 
se nutra el día solo de la presencia y maravilla del existir, 
que se conciba a sí mismo y nos embargue 
y que no muera nunca ni al vivirse ni al contemplarse… 



Plegaria para poetas(c)Carlos d’Ors



 

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