Las manos. Poema de Luz Calvo.

                                                                                      (Imagen de la autora)




Escucho tus manos

Un nido de proyectiles
despierta voraz

Escucho el ruido de tus manos
Importa
si el contorno que se engancha
a tus dedos
deja caer la sangre

Escucho el hiriente ruido de tus manos
Mientras sigue el humo de nuestras chimeneas
sabiendo a cotidiano

Escucho el hiriente ruido de tus manos ácidas
Parece que los periódicos
hablan de una guerra
y el asco ha llenado mi vaso de leche

Escucho tus manos
    su ruido hiriente
           su acidez
y escupo un día más
                      la muerte



(Del libro Por los grumos del gesto, Ed. Baile del Sol).

 

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