El mundo por montera. Poema de Ángeles Fernangómez.
Juegan las niñas a las cuatro esquinas.
Maquilladas
Entubadas
Descocadas…
Juegan
a ser elegidas, a soñar que viene el príncipe
y les trueca los tacones de aluminio por cristal.
El gran hermano observa:
tristes ojos, miradas del este
o negrura iluminada de otras pieles. Culos
sosteniendo las farolas, árboles, paredes...
Juegan las niñas
a cambiar de postura y sostenerse en la otra pierna.
El tipo que asomaba en la otra calle se ha acercado:
–discretamente un “¿es a mi?”, apuntando con el dedo al corazón–.
Se aleja el taconeo, ella no elije.
El árbol se ha quedado sin su niña, así es la regla.
No importa,
otra ocupa su lugar jugando a quien fue a Sevilla.
Juegan
las niñas a las cuatro esquinas, a las prendas, a las putas
–el monopoli es cosa de los hombres–.
El mundo, por Montera, es un río de peces bailando un rock and roll.
(Del poemario "Ven a mi burdel", Huerga y Fierro Editores, 2021)
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