Elogio de lo absurdo. Poema de Matteo Barbato.


                                                                                       (Imagen del autor)
 

La sonrisa burlona de un semáforo en rojo,  

una mariposa resistiéndose al silencio con un susurro de alas,  

los días adormecidos a ras de un sueño,  

el camino de la hiedra,  

la visión temeraria de unos ojos abriéndose al futuro,  

el insomnio de la luz,  

el temor de las olas antes del impacto:  

proposiciones, disparates, ocurrencias...  

 

Confabulan a mis espaldas,  

me aferran,  

me invaden con su vocación de sombra:  

su matriz se esconde tras la piel curtida de mis humos  

y su derrame intencionado es una hoguera íntima que no se extingue.  

 

─ ¿Quién eres? ─preguntan unas voces, cuando todo el mundo me llama por mi nombre.  

 

Soy la quimera detenida de un peatón,  

vinilo desgastado de un camino de memoria,  

materia gris en el manto triste de una nube,  

promesa de vértigo,  

pretérito imperfecto sin afán de mañana,  

sombra despierta a la espera de un albor merecido,  

ser de agua y sal, oculto entre las olas. 

 

Un GPS enajenado se sitúa ante mí cuando me pierdo:  

la locura me ciñe mitigando la tristeza  

y el bolígrafo cumple con su misión catártica.  

 

Escribo y la somera verborrea del pensamiento se inmola desde la altura del poema.  


Elogio de lo absurdo©Matteo Barbato

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