Nunca un ángel tan rubio. Poema de Jerónimo Calero.
(Imagen de la Red)
Nunca un ángel tan rubio se cruzó en mi camino
ni unos ojos tan dulces me miraron risueños.
No sé si sería un ángel. Puede que sí. ¿Los ángeles
tienen esa serena quietud en la mirada?,
¿tienen los ojos glaucos?, ¿tienen la voz cual arpa
que en su decir rozaran la cavidad del alma?
Si es así, fue un ángel.
Y me quedé pensando
si Dios hizo la gloria para deleite propio
y la llenó de ángeles para su regocijo.
Lo cierto es que la vida a veces te sorprende
poniendo ante tus ojos milagros de colores.
Porque sí, era un milagro aquel ángel tan rubio
que por unos instantes encandiló la noche.
Un milagro que quiero plasmar en mi poema
por si algunos incrédulos, me tacharan de ingenuo,
(Del libro SOLEDADES, Huerga & Fierro Editores)
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