El ritual del mirlo. Poema de Cristina Penalva Pastor.
Imagen de la Red Deseo la belleza con la que se iluminan las gárgolas cuando entonas estrofas de flautista, sólo ellas te escuchan, ninguno se detiene, llevan su angustia a cuestas y aceleran el pulso, igual que los repiques, miran a la deriva, nadan entre la bruma, no regresan nunca al punto de llegada. Sin un lamento, el horizonte espera paciente. Tú, con tus tonos lince, ignoras que los dioses también anhelan sumergirse en nuestro miedo.